lunes, 15 de octubre de 2007

Estructuración Cultural y creación de una red de museos en la ciudad de Socorro

Luego de más de cincuenta años de labor de la hoy Casa de la Cultura Horacio Rodríguez Plata, en la difusión del conocimiento histórico en el sur de Santander -su zona adscrita por antonomasia-, es necesario tributarle desbordante agradecimiento por tan titánica labor realizada en un momento histórico tan adversa para los habitantes de las provincias del sur del departamento, desde aquel nefasto año de1 1886, cuando la fisonomía política del entonces país se transformó, con inocultables consecuencias negativas para el desarrollo de la mencionada zona y que por infortunio aún perviven.

La precariedad económica de la región –que aún existe- aunado al desconocimiento general y particular de la historia de aquella zona por parte de sus capas mejor educadas –que desgraciadamente para la región y su capital aún en parte la acompaña- lo que impedía para la época, la formalización de espacios académicos donde se conservara y difundiera el patrimonio histórico y político de la otrora Provincia de Socorro que conformaban los entonces cabildos de Vélez, Socorro y San Gil –junto a su particular orgullo y cariño por su tierra- fueron los elementos fundamentales que permitieron al abogado e historiador Horacio Rodríguez Plata, afincar y hacer realidad su sueño de crear un espacio desde donde los Socorranos ( entiéndase no solo los habitantes de la antigua capital sino de la antigua provincia del mismo nombre que actualmente conforman la provincia de Vélez, Carare-Opón, Comuneros y Guanentá) protegieran, conocieran y difundieran lo esencial, de su vasta y compleja historia, que tanto había determinado en el lineamiento del país político que hoy conocemos.

Esta visión del académico, que en su ámbito intelectual, es el individuo que sin lugar a dudas, desde el fin del denominado periodo del Olimpo Radical -quienes instauraron la celebración nacional del 16 de marzo cuando Socorro era capital del Estado Soberano de Santander-, más ha influenciado por el rescate de tan valiosísimo patrimonio histórico, con la fundación de la Casa de la Cultura que hoy lleva su nombre.

Por ello con el fin de continuar la tarea educativa y académica iniciada por el Dr Horacio Rodríguez es necesario replantear la función que hasta ahora viene realizando esta importante institución en el sur del departamento, con el ánimo de que su objetivo fundamental: la de dar a conocer la riqueza histórica de la región, no caiga en el olvido.

Ante todo es necesario recordar la indigente apropiación de recursos con que cuenta esta institución para poder adelantar tareas de ampliación en su sede y de fomento a la investigación. Igualmente la falta de personal idóneo científicamente formado en las disciplinas de la historia, la antropología, la arqueología, museología, restauración y demás disciplinas adyacentes, es un elemento consustancial a su naturaleza, que por no poseerlos le resta credibilidad y respeto científico a la hoy Casa de Cultura.

No es necesario mencionar la buena voluntad y disposición con que en el transcurso de los años sus directivas han contado pese a la falta de recursos, que a una entidad como estas siempre le serán insuficientes. Sin embargo, es claro que esta importante institución poco a poco y especialmente durante los últimos 20 años se ha ido quedando bastante rezagada en materia de gestión cultural, lo que en términos de representatividad académica y de fomento del patrimonio cultural del Socorro implica su casi total inoperancia.

De lo contrario uno no logra explicarse como –y según el querer manifestado muchas veces por su fundador- luego de celebrado el bicentenario de la Revolución Comunera, aún no existan los monumentos en honor de Isidro Molina, Lorenzo Alcantuz, Manuel Ortiz y Manuela Beltrán, voceros y victimas populares del levantamiento en el siglo XVIII –el adefesio que hoy se encuentra en el convento y el busto junto a la alcaldía no cuentan- que tenían que identificar la plaza principal del Socorro, para que a la par de los campos de Boyacá y el sitio de Cartagena, Socorro fuera identificado como altar de la patria. Y esto a pesar, que para la época de dicha celebración, durante el gobierno municipal de Luz Alba Porras, existiera un connotado colombiano tan afín al movimiento comunero como Germán Arciniegas de quien infortunadamente nadie aprovechó de sus buenos oficios para tal fin.

Igual circunstancia sucede con el decreto de 1960 y publicado en la Obra del Dr H.R.P donde el gobierno nacional se compromete a gestionar los recursos ante el congreso nacional para que mediante ley de la República se levanten sendos monumentos en recuerdo de los próceres de la independencia del Socorro entre quienes figuran José Lorenzo Plata y el Decano de Relaciones Exteriores, Ignacio Sánchez de Tejada. Nada ocurrió y la hoy entidad que tiene que velar para que eso se cumpla al menos en cuanto respecta a la gestión, nada ha dicho, nada a mencionado y el sitio del convento por el contrario se encuentra en el peor estado en que se pueda encontrar un monumento nacional.

Frente a las obras en honor de los mártires Socorranos de la Revolución de 1809 en Casanare José María Rosillo y Vicente Cadena, tampoco la honorable casa de la Cultura se ha pronunciado al respecto.

Sin ser responsabilidad exclusivamente suya, pero si, guardando terrible compromiso con la sociedad santandereana y colombiana, dicha institución debe hacer públicos sus quejas y pronunciamientos de la época sobre el deterioro que el patrimonio cultural arquitectónico de Colombia ubicado en dicha ciudad, ha sufrido en los últimos 35 años, específicamente con las casas del antiguo Triangulo Masónico y alrededores e inclusive por las construcciones sobre la histórica calle de los cuarteles, plaza de Chiquinquirá y el Convento.

Nada absolutamente nada existe en materia de gestión cultural por parte de dicho centro de historia para recuperar la memoria histórica del Socorro como Centro Político e Ideológico del periodo federal del país en cabeza del movimiento del Olimpo Radical que tuvo a Socorro como su centro fundamental de Operaciones.

El sito de la Hacienda la Peña donde tuvo lugar el inicio de la guerra de los mil dias y otros igualmente importantes para la historia regional como el Oratorio, Porqueras y la Polonia parecen no ser prioridad de tan respetable institución.

Tampoco se entiende como el Socorro con Panteón Nacional a bordo, y la Casa de la Cultura no ha hecho nada para que este sitio y su memoria se restablezca como Panteón Nacional y no como lo que hoy día quiere denominársele: capilla del divino niño.

Apenas es necesario preguntar como se ha difundido la obra bibliográfica del Dr Horacio Rodríguez Plata, si se han reimpreso sus obras, cuándo fue la ultima vez que esto aconteció, y como divulgan el patrimonio cultural de la región al menos en las instituciones académicas de la región.

El Socorro y en especial la institución Casa de la Cultura creada con el fin de preservar y hacer seguimiento del patrimonio material de la ciudad y de la región tiene que preguntarse donde se halla dicho patrimonio hoy disperso por cierto.

Hace algún tiempo quien esto escribe, cuando se me encargó la cátedra de Derecho Internacional Público en el Departamento de Ciencia Política de la Universidad Nacional, en conversación sostenida con el Dr. Diego Uribe Vargas ex ministro de Relaciones Exteriores, se comentó sobre la obra de Rodríguez Plata. El Dr. Uribe Vargas rememoraba aquellos gratos momentos que pasó en su original y completa biblioteca mientras recababa información para sus obras y disfrutaba de tan exclusivo material histórico para su consulta. Según él muchos de estos documentos y obras lo conformaban materiales que directa o exclusivamente se referían al Socorro desde mediados del siglo XVIII y al discurrir político de Santander. Lastimosamente también se quejó del destino, que en gracia le tocó a dicha biblioteca una vez muerto su interesado propietario.

Poco hace, que en una correría por viejas tiendas de libros usados en el sector de la Candelaria, encontré una carta original del General Santander dirigida a Bolívar mientras este se encontraba en la campaña del sur en Lima, junto con una afirmación de su actual propietario a la pregunta sobre quien tiene la biblioteca y archivo de Horacio Rodríguez Plata. Este librero me contestó que la biblioteca fue vendida por su hijo Camilo pero no está seguro si a un particular o un centro académico, pero que como podía comprobar, muchos documentos de esta biblioteca fueron sustraídos individualmente sin conocerse su paradero actual.

La casa de la cultura del Socorro, curiosamente hasta el día de hoy ni siquiera ha identificado la casa natal de su fundador en el Socorro, como tampoco la casa natal de otro gran historiador Socorrano de renombre nacional: Eduardo Rodríguez Piñeres. En esta situación, es apenas lógico concluir que por falta de recursos, de personal científico y colaboración gubernamental, más que por voluntad, esta importante institución infortunadamente no ha podido realizar la tarea que le fue encomendada y por ende hoy se encuentra absolutamente maniatada para realizar la titánica tarea de investigar el destino que tomado varios de los más importantes documentos de la historia Republicana y Colonial de Socorro, para infortuna de muchos colombianos, hoy en mano de particulares.

Es por ello que es necesario descentralizar la función que realiza la Casa de la Cultura: Centro de Historia, Archivo Histórico, Museo Histórico y Político, Museo arqueológico y hasta Biblioteca Municipal. Situación que no ha permitido que se consolide una red de museos Socorranos encargados de velar por el patrimonio de la ciudad.

Cuando se inicio la obra de Casas de la Cultura en el país, la idea era técnicamente razonable teniendo en cuenta la carencia de recursos de los municipios y el fin que se pretendía con ellas. Pero dado la especial característica en cuanto a patrimonio cultural que alberga el Socorro, depositar dicha tarea en una Casa de Cultura - que dignamente se ha esforzado en su tarea - es poco menos que irresponsable.

Es por ello necesario hoy y con el afán de preservar y difundir la tarea que inicio el Dr. Horacio Rodríguez Plata de que Socorro no cayera en la postración y el ostracismo histórico de la mente de los colombianos, revolucionar desde ahora la tarea de difusión del patrimonio cultural de la nación que hasta ahora viene realizándose en el Socorro y sin mas concurso que la que realiza la Casa de Cultura.

Por esta circunstancia es que los gobiernos Nacional, Departamental y Municipal deben tomar las riendas en la administración de este importante recurso patrimonial de los colombianos y refrendar un cambio que no puede esperar más tiempo para dar a conocer no solo la historia socorrana sino la regional y en muchos casos la historia nacional que aquí surgió y en últimas fue la tarea que se impuso e historiador Rodríguez Plata.

Las actividades de tipo investigativo, histórico y de museo deben reingeniarse bajo un nuevo concepto de red de museos socorranos de la siguiente forma:

Con apoyo financiero del presupuesto nacional:

1. Crear el Museo Nacional de la Revolución Comunera: En este sentido es apremiante la adquisición de la casa Berbeo, sitio que por antonomasia debe ocupar el lugar que albergará la memoria de aquel memorable acontecimiento acaecido en el antiguo Virreinato de Nueva Granada y tan fundamental para el delineamiento de la mentalidad política común de la hoy Colombia. Allí deben reposar los elementos que sobre el caso se encuentran por el momento el la Casa de la Cultura de Socorro, Museo Nacional de Colombia, Archivo General de la Nación y de ser posibles elementos hoy en colecciones privadas.

Al escindir esta función de la hoy Casa de la Cultura y apoyarse su funcionamiento en el presupuesto general de cultura de la nación, se posibilita la DIFUSIÓN e INVESTIGACIÓN de este importante acontecimiento nacional hoy completamente olvidado en la mente de los colombianos dada la imposibilidad material de la Casa de la Cultura para cumplir con esta estratégica labor. Esto posibilitaría nuevamente la asunción como feriado patrio nacional del 16 de marzo y el permitir que la Revolución por fin tenga su propia plaza, como acontece a nivel internacional, donde estos imperecederos hechos han sucedido. En este sentido podrá renombrarse - como en justicia le corresponde- al hasta hoy parque principal o de la independencia como Plaza de la Revolución Comunera.

2. Creación del Museo del 10 de Julio de 1810. Una de las principales tareas del Dr. Rodríguez Plata, como quedó demostrado a lo largo de su fecunda obra investigativa, fue la de demostrar el fundamental papel de la Antigua Provincia de Socorro durante los hechos del 10 de julio en mención acaecidos en aquella ciudad capital, necesarios para la proclamación de la independencia en la capital del Virreinato el 20 de julio de 1810.

El hoy convento de Capuchinos, podría servir como sede del futuro museo que recuerde la creación del Estado Libre e Independiente de Socorro, primer Estado soberano proclamado y existente en la Antigua Nueva Granada el 15 de agosto de 1810. Esta creación de un museo con su correspondiente parte archivistica y museológica –también difuminada por el país- permitirá rescatar el altar de la Patria que hoy es el abandonado parque que le circunda y la posibilidad igualmente, de ser rebautizado como Plaza de la Independencia, pues allí se proclamó la independencia de la antigua Provincia de Socorro.

Con apoyo financiero nacional, departamental municipal y privado

3. Academia de Historia y Museo Regional del Sur de Santander. La actual Casa de la Cultura dejaría de llamarse así y pasaría a denominarse: Academia de Historia y Museo Regional del Sur de Santander. “Horacio Rodríguez Plata”.Su finalidad es la de servir de centro de investigación académica que infortunadamente la actual Casa de la Cultura por razones ya expuestas, nunca ha podido realizar y que ninguna otra institución en el actual departamento tampoco realiza hacia esta zona del país. Pues es conocido que tanto la imprenta departamental, la Academia de Historia de Santander, y la nueva facultad de historia de la Uis, cuando tratan temas históricos de la zona o bien son, insulsos resúmenes sobre orígenes de poblamientos o, justificaciones sobre el desarrollo y antecedentes históricos de Bucaramanga, pareciendo deliberadamente olvidar que ya han transcurrido 121 años desde que el sur del actual departamento de Santander quedó sometido a la actual área metropolitana de Bucaramanga y que la zona sur del departamento ya no requiere justificaciones sobre la “gloriosa” historia que hoy identifica a la zona norte del departamento.

Para este fin es necesario adquirir algunos predios adyacente para su necesaria y urgente ampliación.

Con apoyo departamental y municipal

4. Museo Palacio de Gobernadores Antigua Provincia de Socorro y Estado Soberano de Santander. Su función es la de rescatar para actuales y futuras generaciones del sur del actual departamento de Santander, la memoria histórica de lo que significó políticamente, para el país las actuales provincias de Guanentá, Comuneros Vélez y Carare-Opon en el transcurso de la historia desde la creación como zona administrativa ya fuera del Nuevo Reino de Granada, Estado Soberano de Socorro, Gobernación de Socorro etc, hasta el período culminante del Estado Soberano de Santander, que desde esta zona del departamento dio a Colombia lo más granado del pensamiento progresista de la época.

Este museo estará básicamente diseñado para que los pobladores del sur de Santander Conozca a los diferentes gobernantes que esta zona tuvo, cunado se creó como zona administrativa autónoma en 1795 bajo el nombre de Corregimiento. Estas épocas son

1. Corregimiento de Socorro en la época colonial.

2. Estado Libre e Independiente de Socorro.

3. Provincia de Socorro bajo la ocupación de Cundinamarca.

4. Provincia de Socorro: bajo la Reconquista Española.

5. Provincia de Socorro: desde 1819 hasta la Republica de Nueva Granada en 1832. Hasta aquí esta zona administrativa conformada por los cabildos de Vélez, Socorro y San Gil.

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6. Provincia de Socorro: de 1832 hasta 1857. Conformada por los Cabildos de Socorro y San Gil.

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7. Estado Soberano de Santander: Desde 1861 hasta 1886. Conformado por las antiguas provincias de Vélez, Socorro, Soto, Pamplona, Ocaña y Santander.

Este museo también se encargará de señalar lo más representativo de cada gobernante que en cada tiempo tuvo el actual territorio del sur de Santander, gobernado desde la ciudad de Socorro.


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