jueves, 11 de octubre de 2007

A tres años del bicentenario de la Independencia de Socorro.

Con la expectativa generada por el gobierno nacional en sus pronunciamientos sobre recuperación que se hará del convento de los Capuchinos durante el transcurso de los próximos meses, a los habitantes de la ciudad de Socorro, se les presenta una oportunidad inigualable para que comunidad y autoridades de este Altar de la Patria, demanden del gobierno y del Congreso Nacional la necesaria reivindicación de la hoy pérdida memoria histórica del pueblo comunero, en el ámbito nacional.

Es por esta circunstancia que presentamos a continuación un decreto del Gobierno de LLeras Camargo, de 1960 donde éste se asocia al sesquicentenario de la Independencia de Socorro y se compromete a presentar al Congreso un proyecto de ley para honrar en monumentos conmemorativos a MANUELA BELTRÁN, JOSÉ LORENZO PLATA e INGANCIO SÁNCHEZ DE TEJADA.

Cincuenta largos años han transcurrido y ad portas de la celebración del Bicentenario de la Independencia de Socorro, aquel compromiso asumido por el Gobierno Nacional de la época aún no se ha realizado.

Para la historia Colombiana tres son los paradigmas de orgullo nacional: Los campos de Boyacá, los lugares de Cartagena y la Ciudad de Socorro, debido a los memorables acontecimientos que en cada una de estos sitios la historia ha revelado de forma contundente y única para el delineamiento de nuestra identidad política común.

A su manera Boyacá y Cartagena recogen y exponen con orgullo la historia que hoy los identifica frente a la comunidad internacional con sendos monumentos que vivifican aquellos acontecimientos que le merecen la admiración y recogimientos de propios y extraños.

Situación completamente diferente la suerte que en mala hora se le pródiga a ese otro altar de la patria: la ciudad de Socorro, otrora capital administrativa de Santander y hoy solo recuerdo consignado en hojas de historia que a nadie ya estimula leer.

Sus hazañas desde la época Comunera hasta la ultima conflagración civil, han sido desdeñosamente ocultadas bajo la mirada indiferente de sus hijos que las ultimas generaciones muy poco –con admirables excepciones- han hecho para rescatar del olvido, esa magnifica historia, que sus hoy habitantes lamentablemente desconocen.

Sus monumentos principales han sido dolosamente encajonados en escenarios que no le corresponden y que terminan por encubrir un pasado glorioso que hasta finales del siglo XIX supo respetar.

El sitio de una Revolución, hoy objeto de estudio por varios investigadores nacionales e internacionales, debido al impacto que al sistema político de la época generó, hoy se halla indignamente oculto bajo un nombre que no le pertenece –parque de la independencia- y sin una identificación –contrario a Cartagena y Boyacá- que despierte en quienes se apostan en sus alrededores, sentimientos de gratitud y orgullo para con aquellos antepasados que venciendo la adversidad, hicieron posible que hoy el pueblo comunero de la hoy Colombia sea un referente a conocer por parte y al menos de la comunidad académica internacional, interesada en estos temas.

Otro sitio, no menos importante pero de significación más directa con los intereses y orígenes de lo que hoy llamamos Colombia, verdadero altar de la patria Republicana, se encuentra desde varias décadas en el olvido de la ingratitud colectiva del pueblo colombiano y en especial de las gentes de la antigua Provincia de Socorro. Su estado actual es una profanación concatenada de sucesos, que ha llevado a que este sitio, de similar importancia a los campos de Boyacá y los alrededores de Cartagena, sea una mezcla perfecta de comunión entre la ignorancia, el mal gusto y la ausencia de orgullo nacional.

Es por esta circunstancia, que consideramos necesario y por fortuna, aún rescatable para la veneración del sentimiento nacional, este importante sitio desafortunadamente denominado parque de capuchinos, el cual hoy día compite por ser un centro recreacional, lugar de reposo de pésimo gusto para obras de mal llamados artistas y próximamente si no se remedia su situación parqueadero de un futuro hotel.

Con la intención presidencial de rescatar el antiguo Convento, debe solicitársele respecto de la plaza y sus calles que lo acompañan el diseño de planos y su respectiva remodelación bajo una línea arquitectónica clásica propia del lugar que le permitan dotarlo de una personal especificidad como lo que es: altar de la patria, para de esta forma, instalar definitivamente en ellas los monumentos nacionales pendientes desde hace cincuenta años y que el pueblo colombiano y socorrano espera celebrar y el ya próximo bicentenario. Igualmente es necesario que dicho lugar sea renombrado como Parque de la Independencia.

1 comentario:

elianita dijo...

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