martes, 9 de octubre de 2007

Del por qué patrimonio cultural e historia política-administrativa en el caso de Socorro son inescindibles

Algunas personas me han preguntado por qué en un blog donde presuntamente se tratan temas culturales, mediante una encuesta se abordan temas político-administrativos, que desvirtúan el original contenido de este. (Entiéndase la pregunta sobre la creación de un nuevo departamento).

Frente a estas apreciaciones y reiteradas objeciones es necesario que este blog presente las siguientes aclaraciones:

1. El contenido de este sitio no esta genéricamente orientado a materias culturales. Si así lo fuera nuestros artículos y fotografías se relacionarían más estrechamente con actividades de tipo lúdico, artístico o recreativo y académico de tipo “cultural” tales como eventos de teatro, música, pintura, danza etc, que se desarrollan en la ciudad de Socorro y sus alrededores. Pero esto no lo realizamos, por no ser el objeto de divulgación que desde aquí proponemos.

2. Este sito contrario a las advertencias recibidas tiene un único objetivo y bien delimitado: el difundir los elementos que constituyen EL PATRIMONIO CULTURAL de la ciudad de Socorro y que trascienden en el ámbito nacional e internacional. Y por patrimonio cultural entendemos todas esas manifestaciones que concurren bajo elementos de contenido histórico, político, religioso y arquitectónico y que se manifiesta en lugares, sitios, acontecimientos y celebraciones que de una u otra forma han sido abordados desde la historiografía, la arquitectura, la semiología y la sociología, tanto por autores nacionales o internacionales, como es el caso específico de lo que se constituye como patrimonio cultural de la nación colombiana, ubicada en la ciudad de Socorro.

3. De otra parte es necesario recordar que eso que hoy llamamos “patrimonio cultural” residente en Socorro, ha estado siempre estrechamente relacionado con acontecimientos de carácter políticos y administrativos de profunda repercusión nacional. Así tenemos por ejemplo que la Revolución de los Comuneros, originada por conflictos sociales y económicos fue el sustrato necesario que permitió en el año de 1795 la creación del Corregimiento de Socorro, ubicando su capital en la ciudad del mismo nombre y por tanto escindiendo el antaño Corregimiento de Tunja, al cual, el nuevo corregimiento pertenecía.

De igual manera la declaración de Independencia de Socorro el 10 de julio de 1810 y la creación del Estado Soberano de Socorro, originó la invasión comandada por el General Nariño al frente del ejército del Estado de Cundinamarca, situación que generó el sometimiento y anexión de este Estado y su incorporación al entonces Estado de Cundinamarca, para luego conformar una nueva administración política-administrativa denominada Provincias Unidas de la Nueva Granada.

Con la fragmentación de Colombia (impropiamente llamada Gran Colombia) en 1830 y la creación de la República de la Nueva Granada, algunos corregimientos de la época colonial, se denominaron provincias. Por esta razón, se creó la Provincia de Socorro, conservando la ciudad la sede capital, la cual poco después fue dividida para crear la Provincia de Vélez. Las dos provincias fueron parte del ordenamiento territorial de la entonces Republica de la Nueva Granada.

Debido a la presión ejercida por las provincias del Istmo en el año de 1855 para crear el Estado de Panamá, su verificación como tal y el posterior reconocimiento de éste por parte del Estado Nacional, se creó la Confederación Granadina con el objetivo de adecuar constitucionalmente la exigencia panameña de Constituirse en Estado. En este sentido se crean los Estados de Cundinamarca y Antioquia y posteriormente el Estado Soberano de Santander, todo esto, con una vocación federalista imperfecta pero que redundó en la eliminación de las antiguas entidades administrativas que hasta entonces funcionaron en la Republica de la Nueva Granada, denominadas provincias.

Por primera vez en 60 años y a partir de 1857 Socorro, bajo el nuevo esquema administrativo pierde su categoría –pero solo por cinco años- de Capital que había usufructuado y desdeñosamente, al igual que las entonces capitales de Provincias como Vélez, Piedecuesta, Cúcuta, Ocaña y Pamplona, deben ceder juntas su estatus para entregárselo a la entonces pujante pero aún aldeana Bucaramanga como centro administrativo de la nueva entidad política denominada Estado Soberano de Santander.

No obstante, bajo el mandato seccional del Presidente del Estado Aquileo Parra, Socorro recobró la sede capital de Estado en el año de 1861 para experimentar uno de sus momentos más agitados y esplendorosos de la vida política y patriótica que entonces haya conocida la República Colombiana: El periodo de la Constitución Federal de 1863.

Durante todo el período federal de los Estados Unidos de Colombia, Socorro fue el eje fundamental y motor ideológico que por 23 años movilizó sentimientos y encauzó programáticamente los anhelos y planes del periodo más liberal que la historia de latinoamericana haya conocido en cuanto a derechos y libertades, frente al Estado y la iglesia, -que por entonces se separó definitivamente- todo bajo la égida del denominado movimiento DEL OLIMPO RADICAL.

Todo ciudadano con aspiraciones a presidente de la Unión debía residir primero en Socorro y de ser posible gobernar desde allí el Estado Soberano de Santander, por entonces, el estado más importante de la Unión.

Figuras como Eustorgio Salgar, Aquileo Parra, Manuel Murillo Toro –ex presidentes de la República-, Nicolás Pinzón Warlosten –fundador del Externado de Derecho, Luego Universidad Externado de Colombia y fundador del periódico socorrano La Reinvidicación-, Manuel Ancizar -Primer rector de la Universidad Nacional de Colombia-, Santos Acosta, Santos Salgar, etc, etc, etc, y otros tantos cuya sola enumeración consumiría este espacio ya fuesen figuras políticas o académicas ineludiblemente tuvieron que residir en la ciudad de Socorro, la cual fue su abrigo y punto de lanza para publicar y hacer realidad sus ideas.

El aciago y nefando momento para la Ciudad Prócer de Colombia llegaría con el advenimiento al poder del gobierno de la Regeneración, donde, apenas Núñez ciñe su banda presidencial como ultimo presidente de los Estados Unidos de Colombia en el período previo a la batalla de la Humareda, -donde el partido liberal pierde su preeminencia en el poder-, para que ciertos elementos ultramontanos de aquel partido conservador, solicitara ejemplarizante castigo para la ciudad de Socorro. Su delito: la tolerancia política y su mentalidad democrática que siempre ostento.

Existe en la historiografía nacional y regional una relación de hechos infortunadamente contrarios a la verdad, pero que ha calado hondo en todos los estratos sociales y políticos inclusive de los propios hijos de la otrora Ciudad Patriota de Colombia, que le ha llevado a admitir como ciertos, algunos pasajes inexactos de la realidad política y económica de la ciudad que justifican su decandecia política-administrativa e importancia ideológica en la Colombia de finales del siglo XIX.

Estas apreciaciones han sido escritas y rehechas especialmente por admirables economistas de origen antioqueño que infortunadamente al tratar de elaborar sociologicamente la verdad histórica de un pueblo que desconocen y una realidad política que por su trasunto les es ajena y extraña, cometen imperdonables errores cuando se permiten licenciosamente y bajo el argumento de la documentación histórica interpretar hechos supuestamente ligados con la realidad política y económica de la Republica de aquellos tiempos.

Se dice que Socorro entró en la decadencia debido a la ausencia de capital y empresa que experimentaba la zona como resultado del pobre comercio y la lastimera agricultura que la región ofrecía, circunstancia que motivó la emigración a otros rincones más prósperos y seguros de la nación.

Básicamente, estas son en líneas generales, los argumentos que hoy se discuten bibliográficamente como causa del decaimiento político y administrativo de la ciudad de Socorro, pero que en el fondo tratan de justificar –y muy entre líneas- la aptitud antioqueña de desarrollo económico con base al café y su aptitud laboriosa y religiosa, por ser esta zona la que más influenció en la caída del régimen federal y liberal del país, por uno centralizado y confesional como el que la Regeneración implantó.

El traslado de la sede administrativa en 1886 a Bucaramanga, si bien podría argumentarse que se debía al comercio que esta ciudad abrigaba, lo cierto es que este argumento esta imperfectamente demostrado. En primer lugar Bucaramanga y Socorro como el resto de país vivían en una situación semejante de pobreza extrema, de desolación y de quiebra generalizada.

Algunos historiadores regionales han querido mostrar una Bucaramanga opulenta, llena de comercios, atestada de extranjeros y alta actividad académica, como razones fundamentales para el cambio administrativo y la decadencia de Socorro, como parece derivarse de la obra La culebra pico de oro, pero ni esto es totalmente cierto ni el supuesto afamado comercio que algunos le adjudican era exclusivo de Bucaramanga.

Tanto Socorro como Cúcuta, experimentaban a su manera –de forma desigual claro está-, síntomas de dinámicas económicas, la primera por ser sede administrativa y Política del Estado y con una larga tradición mercantil que antecede en lustros a la entonces nueva capital departamental. Y la segunda, verdadero centro comercial de Santander y de todo el oriente colombiano, por ser ciudad de tráfico comercial internacional. Su desarrollo era tan importante que incluso algunos de los extranjeros que se supone hoy el orgullo de Bucaramanga, no pudieron instalarse en dicha ciudad pues la competitividad que encontraron no alcanzaba para sus pingues capitales, por ello desisten y se establecen en un área poco dinámica y competitiva como lo era la entonces Bucaramanga.

Factor político y execrable de efecto negativo inmediato para Socorro fue el castigo que desde 1886 se le quiso otorgar a Socorro, por haber sido el centro político e ideológico del Olimpo Radical, grupo contradictor del ahora en el poder denominado de la Regeneración y que efectivamente se le prodigo por sumatoria de los siguientes eventos que uno a uno se presentó para infortunio de los Socorranos.

El partido conservador aún tenía fresca en su memoria los sucesos del 29 de abril de 1859, conocidos como la batalla de "Porqueras" donde los revolucionarios conservadores con apoyo del gobierno de la confederación granadina, trataron infructuosamente de derrocar el gobierno legitimista de Santander. Tampoco olvidaban el acontecimiento del 18 de julio de 1860, y nuevamente para ira de ellos acaecida cerca de la ciudad de Socorro, cuando las tropas del Estado de Santander combatieron a las tropas confederadas al mando del Padre del partido conservador Mariano Ospina, entonces presidente de la República en el sitio del Oratorio, y donde a pesar de salir victorioso el gobierno confederado de aquel sitio, ésta batalla fue el antecedente inmediato para el golpe militar que sufrió a manos del General Tomás Cipriano de Mosquera y que contó con el decidido apoyo de los Santandereanos y en especial de los Socorranos para que se convocara un Congreso de Diputados que diera una nueva constitución al país.

Esto urgía y reclamaba venganza inmediata, que por entonces estaba represada pero presta a desbordarse cuando la ocasión lo amerita; toda vez, que la hazaña del General Mosquera con la anuencia de los Socorranos, desmanteló del poder al partido conservador durante toda la vigencia de aquel régimen político.

Habiendo sido Socorro el útero donde se parieron importantes reformas al sistema político de la nación y desde donde se proyectaron al resto del país, como la desamortización de bienes de manos muertas, la separación Estado- Iglesia, la política de libre cambio y sobre todo la que más ofendió el pundonor del partido en el gobierno de la generación: la abolición de la pena de muerte, por todo lo anterior, nada menos que esperar una retaliación por tan “infames” prácticas y auxilios que el pueblo comunero, el pueblo patriota y el pueblo liberal, -que ahora se venían venir- había prestado a la modernización del país.

Los acontecimientos previos a la caída de la Constitución de 1863 acaecidos durante la guerra de 1885 en contra del presidente Nuñez también fue un motivo más que suficiente que precipitó el odio Regenerador hacía Santander, pero específicamente hacía su ciudad capital Socorro, dado el apoyo que los Socorranos brindaron a la causa federal.

Un último elemento se encuentra en el hecho incontrovertible de ser la convención reunida en 1886 para reformar la Constitución, completamente conservadora –como completamente liberal lo fue la Convención de Rionegro de 1863- y que el representante por Santander señor Adolfo Harker, fuera un conservador respetable en el partido de gobierno, personaje éste, que aún demandaba reparación por la humillante derrota sufrida en 1859 en el alto de Corregidor, -a manos del ejercito estatal y legitimista de Santander, bajo ordenes de oficiales socorranos- cuando la revolución de aquel año fue conjurada con las batallas de Porqueras y de Concepción. Este delegatario de noble recordación para bumangueses, de execrable memoria para socorranos, era residente en la ciudad de Bucaramanga, por ello y como una deferencia hacía éste caudillo Regenerador, la sede de gobierno seccional se trasladó hacía Bucaramanga, además, por coincidir en buen momento que Bucaramanga al igual que Pamplona y San Gil siempre se identificaron como ciudades conservadoras y a favor de la causa Regeneradora, esto sirvió para que en últimas Bucaramanga y San Gil se disputaran el cadaver socorrano con el objeto de ser premiada como sede gubernamental. Afecto que finalmente logró conquistar Bucaramanga.

Por tanto, es incorrecto e incompleto afirmar que Socorro cambió de sede de gobierno civil y judicial por ser una ciudad decadente como se muestra hoy día en la historia regional y nacional. Simplemente el momento histórico no los favoreció, y con el cambio de gobierno en manos conservadoras, era apenas obvio derrumbar el último símbolo de resistencia liberal que tanto había hecho para impedir el ejercicio de las ideas conservadoras.

A la ciudad de Socorro había que someterla completamente, aun si eso significaba actuar como sacrílego en los altares de la patria de tan caro afecto incluso para las huestes de la Regeneración, por ello y para terminar de una vez por todas con la renombrada y bien ganado nombre de Ciudad Liberal y Libertaria, hubo de cancelarse la fiesta nacional del 16 de marzo, pues había que hacer todo lo posible para evitar traer a la memoria de los colombianos tan “desgraciada” ciudad a los afectos del partido conservador ahora en el gobierno.

Aunque algunos autores afirman que ya para 1870 Bucaramanga superaba al Socorro en muchos aspectos, nada más falso y contrario a la realidad. Inclusive puede demostrarse con información de la época, que aún para 1900, la ciudad de Socorro era el centro de mayor poblamiento e inclusive actividad política y económica en Santander, puesto que muchos de los antiguos dirigentes, inclusive conservadores santandereanos consideraron injusto y desproporcionado el castigo inflingido desde Bogotá a la Ciudad Comunera y por ello junto con algunos liberales, nunca la dejaron de considerar como su capital.

Existe un hecho que corrobora lo anterior en cuanto a la capacidad económica de esta zona, en especial de la ciudad de Socorro y fue el acontecimiento de erigirse una sede diocesana en esta ciudad para combatir –dicen incorrectamente algunos textos- la Logia Estrella del Saravita. Pues bien, aunque no era norma general por la época, como lo fue más tarde, el hecho de que las sedes de diocesales se ubicaran en capitales departamentales, llama la atención y teniendo en cuenta, que fue el gobierno regenerador quien restauró a la iglesia católica romana en sus antiguos privilegios limitados o cercenados por el liberalismo -Socorro capital de esa decisión- y que la nueva capital departamental era conservadora hasta los tuétanos, y que de pedirse tal deferencia a Roma, de seguro la Curia Vaticana sin problema hubiera correspondido gustosamente e instalado sede diocesana en Bucaramanga, lo curioso del caso es que para esta sede ¡se designó a Socorro!!!

Y esto por la sencilla razón demostrable que las sedes diocesanas al necesitar vivir decorosamente deben estar en sitios con alta concentración de personas y con una demostrable capacidad económica de los mismos. Requisito que para la época aun cuando ya no era capital, sólo lo cumplía la ciudad de Socorro. Luego la leyenda según la cual se trajo la diócesis para combatir la Logia es falsa completamente, porque inclusive ésta, a través de sus miembros colaboró activamente para las obras que se estaban realizando en dicha ciudad. Obras de las cuales sólo logró terminarse el majestuoso templo, que hoy puede observarse.

Por tanto mal haría la iglesia en prescindir del más importante de sus benefactores en el sostenimiento de la curia diocesana y en la creación del mejor ejemplo de vanidad que la iglesia católica quería construir en el otrora Reino de la maldad liberal, como ejemplo de su nueva presencia.

Además debe recordarse que por la época pocos conservadores gustaban de ser masones, por tanto y recurriendo a la ley de entonces, si la iglesia y el partido conservador querían zafarse de tan incomodo compañero en la ciudad de Socorro, fácil hubiera sido para estos prescindir de aquellos de forma sumarial, como se acostumbró en plena efervescencia Regeneradora. Pero el problema aquí no era político era una cuestión económica de la cual todos dependían y que a pesar de los odios y traslado de la capital, el Socorro aún seguía manteniendo el monopolio de tan importante recurso

Incluso si los hechos que iniciaron en la Finca la Peña cerca del Socorro en 1899 y que luego se denominó Guerra de los Mil Días, hubiese tenido un desenlace diferente al que tuvo en la Batalla de Palonegro, era una verdad a voces de la época, que la Ciudad de Socorro sería restituida en su honor y dignidad mancillada por el gobierno regenerador y conservador que se había instaurado en el poder. Es decir, la capital sería restituida por segunda vez en la ciudad donde el partido liberal obtuvo sus mayores glorias políticas e ideológicas y donde el país vio por primera vez la sombra de la libertad.

4. Hubo un breve período cuando se creó en 1905 el departamento de Galán. Independiente de otros motivos estrictamente políticos, lo cierto es que para la época, la ciudad de Socorro era todavía un centro comercial y político importante para esa zona del país. Por tanto la creación de dicho departamento, además de sus primitivos intereses, coincidió con la intención de restituir al Socorro en las prerrogativas políticas y administrativas que desde época colonial siempre la distinguió. No obstante, la presencia de los viejos regeneradores que aun rememoraban hechos no muy bien superados en sus filas y que infundían temor y respeto al interior del partido Conservador, Nacional, Republicano o como quiera llamársele, y que encabezaba el sectario Dr, Miguel Antonio Caro, impidieron al presidente Rafael Reyes hacer justicia con la hollada ciudad de Socorro, toda vez que esta nunca dejo de identificarse con los principios liberales que la hicieron tan conocida y alagada otrora en el territorio nacional.

Por los antecedentes conservadores, que la Regeneración y aún la Hegemonía Conservadora reconocieron en la ciudad de San Gil, le fue otorgada a dicha población la calidad de capital del nuevo departamento. Sin embargo, por haberse tratado de una asignación artificial, como la que se hizo en el año 1856 por parte del Congreso Nacional para erigir a Pamplona capital del nuevo estado de Santander en aquel entonces, el nuevo departamento no estuvo en la vida política más de 4 años y hubo de anexarse nuevamente al departamento de Santander.

Luego bajo la hegemonía conservadora se crea Norte de Santander y se mantiene el actual departamento de Santander con su capital Bucaramanga, la cual definitivamente con los sucesos de la violencia acaecidos, primero en los años 30´s ad portas de la caída del régimen conservador, y luego con los sucesos de violencia en los años 40´s , definitivamente terminó por expandirse urbanamente y poblarse de una forma tal, que ya Socorro, quedó definitivamente rezago, tanto económica como políticamente del quehacer nacional y departamental

5. Estas consideraciones aunque extenuante son fundamentales, ya que sin ellas no habría un 16 de marzo que celebrar, unas plazas que conservar, unas casas que identificar, unas personas a quien recordar etc. El patrimonio Cultural de Socorro es inescindible de su pasado político y administrativo tan glorioso y reconocido por toda la nación colombiana en la que tanto influyó.

6. Por ello hablar de la creación de un nuevo departamento es absolutamente compatible con el objetivo propuesto en esta web: la preservación del patrimonio cultural de la nación, a través del rescate del patrimonio cultural material e inmaterial que se ubica en la ciudad de Socorro No obstante este es tema que estamos desarrollando más detenida y técnicamente en otro espacio que pronto estaremos dando a conocer.

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