Hablar de obras nuevas siempre es pésimista bajo cualquier contexto, y más cuando éstas se piensan desarrollar en sociedades con grandes necesidades por resolver en otros sectores más apremiantes -según la óptica de quien lo describa- y dando por contado que los recursos económicos son más que limitados inexistentes.
No obstante esta aseveración, al hacer un rápido paneo sobre la disponibilidad de recursos culturales, uno se encuentra con la realidad de que estos son francamente escasos y ofrecidos como un recurso privado y no de política de lo público, independiente del financiamiento que los sostenga. Me explico: en Socorro existen dos universidades prestigiosas, en cuanto se refiere al aporte que sus egresados le han brindado al país y existen otro tipo de instituciones que aún cuando no sean estrictamente académicas en cuanto a la función diaria que desempeñan, si están altamente relacionadas con actividades de tipo cientifico, cultural y social. Así por ejemplo, la C.A.S, la Federación de Cafeteros, personal del futuro hospital universitario, el Centro de Historia de Socorro, colegios, universidades etc, y sorprende de sobremanera que con dos instituciones universitarias ¡Socorro no disponga de biblioteca pública! (no el pequeño remedo existente de lo que hoy así se le llama).
Si bien es cierto, cada colegio e inclusive cada instiución de educación superior tiene sus propios elementos bibliográficos, estos son bien limitados y en la mayoría de los casos específicados solo para el área en el cual se desempeñan, tal es el caso de las bibliotecas de las universidades en Socorro, donde el material que poseen está diseñado para la oferta academica de que disponen.
El caso de los colegios es igualmente lamentable, porque en su mayoría solo disponen de libros de texto, enciclopedias, diccionarios temáticas y obras que en general no estimulan el uso de dicho recinto -si es que este existe- que por demás se encuentran bastante desactualizados.
Por esta razón es que la ciudad debe plantearse la seria posibilidad como elemento unificador de identidad, gestionar en todos los ordenes y niveles la instalación de una verdadera Biblioteca regonal o provincial, que debe ser acorde con el perfil de oferta academica que poco a poco está construyendo.
Pero este proyecto no puede ser solo un programa de gobierno o un querer de algunos sectores de la comunidad, debe ser el plan de trabajo que unifique aspiraciones de uno y otro sector, pues se necesitan de ingentes recursos que probablemente ni siquiera la región misma ahora disponga, razón por la cual debe planearse cuidadosamente este proyecto tanto a nivel público y privado, en la orbita nacional como internacional.
Si Socorro realmente quiere ofrecer una oferta universitaria hacia futuro está en mora de diseñar planes que le permitan a dicha zona del país contar con un verdadero centro de conocimiento, pues inclusive no es muy serio y sí muy desconfiable que una ciudad de la proporción de Socorro disponga de hospital universitario y dos sedes de educación superior, pero carezca de biblioteca. En términos consolidados, este hecho defrauda, para quienes bajo parámetros técnicos y científicos aspiren a permitir que sus hijos estudien bajo dichas condiciones en Socorro, ya que esto le resta condiciones de calidad y credibilidad al proceso académico que en dichas instituciones universitarias se adelante.
Por ello es necesario volver a recurrir a la imaginación y permitirnos soñar con una ¡biblioteca, biblioteca! que en términos técnicos de infraestructura, diseño, servicio y sostenibilidad financiera llegue a ser una de las mejores del país, sino la mejor. Lo anterior no es megalomanía ni perdida del sentido de las proporciones o simple vacuidad mental.
Pensar de esa manera sería ofender la gran tradición de constancia y dedicación que ha identificado a nuestra ciudad. Pensemos simplemente en grandes obras de movilización como la que significó construir el hermoso templo que tiene Socorro, el cual para muchos podrá no ser el más grande o el de mayor ornato (claro que tampoco más de tres lo superan) en el país, pero es sin lugar la construcción religiosa mas imponente y majestuosa que existe en toda la geografía nacional. Y recordemos que fue terminado en los años 40´s, cuando nuestra ciudad desde hacia 60 años no gozaba de los beneficios económicos y políticos que antaño la identificaban. Además no sólo fue construido sin bellamente decorado y supuestamente en aquel entonces la ciudad estaba en términos económicos más restringuida que ahora, pero aún así se construyó y terminó.
Tomemos otro ejemplo: El hospital regional de III nivel y próximamente hospital universitario de que goza la ciudad. Aun cuando en el momento se encuentra en una profunda crisis financiera y su viabilidad no esta asegurada, lo cierto es que este hospital tanto por su infraestructura como por los servicios que ofrece, es la envidia de más de una ciudad y capital en colombia, que tienen poblaciones mucho mayores que esta. Ejemplo: Sogamoso y Duitama en Boyaca (e incluso en muchos aspectos Tunja) y Barrancabermeja, ciudades cada una que con más de 130 mil habitantes no poseen un hospital de tercer nivel que preste los servicios del hospital Socorrano. Igual acontece con ciudades como Sincelejo, Monteria, Quibdo, Girardot etc. O ciudades que con medio millón de habitantes e incluso más solo disponen de un centro de salud de calidad equiparable al nuestro, como Cartagena, Pasto, Armenia etc. Esto significa que sí es posible gestionar y concretar ideas y el mejor ejemplo lo represetan estas dos anteriores obras, las cuales muchos colombianos quienes las han conocido, solo coinciden en afirmar que están hechas para estar en otra parte, desconociendo claro está, el origén histórico y político que ha identificado esta ciudad. (así sea solo de 23 mil habitantes. Ser de ciudad es como el desarrollo y el subdesarrollo en términos de identificación cultural, es casi siempre actitud mental).
Y si esto no es suficiente para motivar la construcción de una verdadera megabiblioteca, recordemos algo de la ciudad, aunque pequemos de enanos chovinistas en este mundo globalizado (y maniatado) porque lo cierto es que nuestros antecedentes, aunque limitados, nos permiten convencernos que a través del tiempo las grandes obras son posibles realizarlas. Tal ocurrió cuando se solicitó traer monjes capuchinos en el siglo XVIII. Para muchos esto era un despropósito, porque nisiquiera las ricas colonias de México y Peru o la misma Nueva Granada tenía por entonces monjes capuchinos. Y fueron nada más ni menos que los socorranos quienes venciendo lo obvio y la lógica que la realidad les imponía quienes lograron instalarlos por primera vez en América, con todas las comodidades y ventajas que como los mismos monjes dijeron no lo esperaban.
La ciudad primero tiene que convencerse de la necesidad para luego reclarmarla como suya y hacerla realidad. Aunque 50 millones de dolares sean una cifra tristemente mostruosa en términos de presupuesto y pesos colombianos, la verdad obtener tales recursos no es una idea tan inconcebible o irrealizable en plata de verdad, ni mucho menos en posibilidades reales de obtención, como para creer inalcanzable o irrealizable en el corto plazo, disponer de una biblioteca de mágnificas condiciones.
Socorro ya forma abogados, contadores, administradores, veterinarios, maestros de escuelas ingenieros forestales y muy pronto los ingenieros químicos, petroleros, mecanicos, industriales, civiles etc, lo harán en esta tierra. Sin embargo para que esto suceda, y para que también hayan historiadores (gran y lamentable falta que nos hacen) economistas, publicitas, diseñadores, arquitectos, restauradores, filosofos, literatos, antropologos, medicos, odontologos, artistas, músicos etc, se necesita que exista información disponible para su formación, de lo contrario muy dificil será traer nueva oferta de carácter académcio e inclusive mantener la ya existente.
Recordemos que grandes universidades gringas como Harvard y Yale no están ubicadas en las grandes ciudades sino en medianas poblaciones que ofrecen no solo tranquilidad sino infraestructura académica, y la mínima infraestructura académica, que se puede ofrecer es la de establecer una excelente biblioteca pública. Socorro puede convertirse, por muchas razones que ahora no son del caso discutir, en un pequeño campus universitario, si inicia la gran tarea de gestionar su propia biblioteca publica.
Eso sí, la nueva locación debe permitirle al Socorro delinear un nuevo concepto urbano, por tanto su ubicación debe estar afuera, ojala más alla de lo que se considera las afueras de la ciudad para poder estimular un nuevo perfil de ciudad y así no atentar contra el ya de por si degradado patrimonio arquitectónico y cultural, que aún existe en el sector centro o antiguo de la Ciudad.
El momento es ahora, la red debe comenzar a construirse ya.
No obstante esta aseveración, al hacer un rápido paneo sobre la disponibilidad de recursos culturales, uno se encuentra con la realidad de que estos son francamente escasos y ofrecidos como un recurso privado y no de política de lo público, independiente del financiamiento que los sostenga. Me explico: en Socorro existen dos universidades prestigiosas, en cuanto se refiere al aporte que sus egresados le han brindado al país y existen otro tipo de instituciones que aún cuando no sean estrictamente académicas en cuanto a la función diaria que desempeñan, si están altamente relacionadas con actividades de tipo cientifico, cultural y social. Así por ejemplo, la C.A.S, la Federación de Cafeteros, personal del futuro hospital universitario, el Centro de Historia de Socorro, colegios, universidades etc, y sorprende de sobremanera que con dos instituciones universitarias ¡Socorro no disponga de biblioteca pública! (no el pequeño remedo existente de lo que hoy así se le llama).
Si bien es cierto, cada colegio e inclusive cada instiución de educación superior tiene sus propios elementos bibliográficos, estos son bien limitados y en la mayoría de los casos específicados solo para el área en el cual se desempeñan, tal es el caso de las bibliotecas de las universidades en Socorro, donde el material que poseen está diseñado para la oferta academica de que disponen.
El caso de los colegios es igualmente lamentable, porque en su mayoría solo disponen de libros de texto, enciclopedias, diccionarios temáticas y obras que en general no estimulan el uso de dicho recinto -si es que este existe- que por demás se encuentran bastante desactualizados.
Por esta razón es que la ciudad debe plantearse la seria posibilidad como elemento unificador de identidad, gestionar en todos los ordenes y niveles la instalación de una verdadera Biblioteca regonal o provincial, que debe ser acorde con el perfil de oferta academica que poco a poco está construyendo.
Pero este proyecto no puede ser solo un programa de gobierno o un querer de algunos sectores de la comunidad, debe ser el plan de trabajo que unifique aspiraciones de uno y otro sector, pues se necesitan de ingentes recursos que probablemente ni siquiera la región misma ahora disponga, razón por la cual debe planearse cuidadosamente este proyecto tanto a nivel público y privado, en la orbita nacional como internacional.
Si Socorro realmente quiere ofrecer una oferta universitaria hacia futuro está en mora de diseñar planes que le permitan a dicha zona del país contar con un verdadero centro de conocimiento, pues inclusive no es muy serio y sí muy desconfiable que una ciudad de la proporción de Socorro disponga de hospital universitario y dos sedes de educación superior, pero carezca de biblioteca. En términos consolidados, este hecho defrauda, para quienes bajo parámetros técnicos y científicos aspiren a permitir que sus hijos estudien bajo dichas condiciones en Socorro, ya que esto le resta condiciones de calidad y credibilidad al proceso académico que en dichas instituciones universitarias se adelante.
Por ello es necesario volver a recurrir a la imaginación y permitirnos soñar con una ¡biblioteca, biblioteca! que en términos técnicos de infraestructura, diseño, servicio y sostenibilidad financiera llegue a ser una de las mejores del país, sino la mejor. Lo anterior no es megalomanía ni perdida del sentido de las proporciones o simple vacuidad mental.
Pensar de esa manera sería ofender la gran tradición de constancia y dedicación que ha identificado a nuestra ciudad. Pensemos simplemente en grandes obras de movilización como la que significó construir el hermoso templo que tiene Socorro, el cual para muchos podrá no ser el más grande o el de mayor ornato (claro que tampoco más de tres lo superan) en el país, pero es sin lugar la construcción religiosa mas imponente y majestuosa que existe en toda la geografía nacional. Y recordemos que fue terminado en los años 40´s, cuando nuestra ciudad desde hacia 60 años no gozaba de los beneficios económicos y políticos que antaño la identificaban. Además no sólo fue construido sin bellamente decorado y supuestamente en aquel entonces la ciudad estaba en términos económicos más restringuida que ahora, pero aún así se construyó y terminó.
Tomemos otro ejemplo: El hospital regional de III nivel y próximamente hospital universitario de que goza la ciudad. Aun cuando en el momento se encuentra en una profunda crisis financiera y su viabilidad no esta asegurada, lo cierto es que este hospital tanto por su infraestructura como por los servicios que ofrece, es la envidia de más de una ciudad y capital en colombia, que tienen poblaciones mucho mayores que esta. Ejemplo: Sogamoso y Duitama en Boyaca (e incluso en muchos aspectos Tunja) y Barrancabermeja, ciudades cada una que con más de 130 mil habitantes no poseen un hospital de tercer nivel que preste los servicios del hospital Socorrano. Igual acontece con ciudades como Sincelejo, Monteria, Quibdo, Girardot etc. O ciudades que con medio millón de habitantes e incluso más solo disponen de un centro de salud de calidad equiparable al nuestro, como Cartagena, Pasto, Armenia etc. Esto significa que sí es posible gestionar y concretar ideas y el mejor ejemplo lo represetan estas dos anteriores obras, las cuales muchos colombianos quienes las han conocido, solo coinciden en afirmar que están hechas para estar en otra parte, desconociendo claro está, el origén histórico y político que ha identificado esta ciudad. (así sea solo de 23 mil habitantes. Ser de ciudad es como el desarrollo y el subdesarrollo en términos de identificación cultural, es casi siempre actitud mental).
Y si esto no es suficiente para motivar la construcción de una verdadera megabiblioteca, recordemos algo de la ciudad, aunque pequemos de enanos chovinistas en este mundo globalizado (y maniatado) porque lo cierto es que nuestros antecedentes, aunque limitados, nos permiten convencernos que a través del tiempo las grandes obras son posibles realizarlas. Tal ocurrió cuando se solicitó traer monjes capuchinos en el siglo XVIII. Para muchos esto era un despropósito, porque nisiquiera las ricas colonias de México y Peru o la misma Nueva Granada tenía por entonces monjes capuchinos. Y fueron nada más ni menos que los socorranos quienes venciendo lo obvio y la lógica que la realidad les imponía quienes lograron instalarlos por primera vez en América, con todas las comodidades y ventajas que como los mismos monjes dijeron no lo esperaban.
La ciudad primero tiene que convencerse de la necesidad para luego reclarmarla como suya y hacerla realidad. Aunque 50 millones de dolares sean una cifra tristemente mostruosa en términos de presupuesto y pesos colombianos, la verdad obtener tales recursos no es una idea tan inconcebible o irrealizable en plata de verdad, ni mucho menos en posibilidades reales de obtención, como para creer inalcanzable o irrealizable en el corto plazo, disponer de una biblioteca de mágnificas condiciones.
Socorro ya forma abogados, contadores, administradores, veterinarios, maestros de escuelas ingenieros forestales y muy pronto los ingenieros químicos, petroleros, mecanicos, industriales, civiles etc, lo harán en esta tierra. Sin embargo para que esto suceda, y para que también hayan historiadores (gran y lamentable falta que nos hacen) economistas, publicitas, diseñadores, arquitectos, restauradores, filosofos, literatos, antropologos, medicos, odontologos, artistas, músicos etc, se necesita que exista información disponible para su formación, de lo contrario muy dificil será traer nueva oferta de carácter académcio e inclusive mantener la ya existente.
Recordemos que grandes universidades gringas como Harvard y Yale no están ubicadas en las grandes ciudades sino en medianas poblaciones que ofrecen no solo tranquilidad sino infraestructura académica, y la mínima infraestructura académica, que se puede ofrecer es la de establecer una excelente biblioteca pública. Socorro puede convertirse, por muchas razones que ahora no son del caso discutir, en un pequeño campus universitario, si inicia la gran tarea de gestionar su propia biblioteca publica.
Eso sí, la nueva locación debe permitirle al Socorro delinear un nuevo concepto urbano, por tanto su ubicación debe estar afuera, ojala más alla de lo que se considera las afueras de la ciudad para poder estimular un nuevo perfil de ciudad y así no atentar contra el ya de por si degradado patrimonio arquitectónico y cultural, que aún existe en el sector centro o antiguo de la Ciudad.
El momento es ahora, la red debe comenzar a construirse ya.
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